Ese día en la escuela Britney no paraba de hablar y hablar de Milo. Milo esto, Milo el otro, los ojos de Milo, blah blah blah. La verdad deje de ponerle atención por estar pensando todo el tiempo en Keaton. Se acercaban las vacaciones navideñas y tenía que ver que regalarle. Esta era mi última semana de clases y no sabía como le iba a hacer para estudiar para exámenes y decidir q regalarle. Por suerte solo tenía que presentar 3 exámenes pues exenté las otras materias. Hoy tenía examen de Filosofía y el miércoles de Física para finalizar el viernes con Química. Tenía que concentrarme en la materia para pasar el examen. Por unas horas dejar de pensar en Keaton. Pero como dejar de pensar en esos bellos ojos verdes, su cabello castaño claro, casi rubio y rizado. Con esa hermosa nariz y sus perfectos y suaves labios que me podían tener horas besándolos. Pero era momento del examen de filosofía, tenía que concentrarme en eso.
Saliendo de la escuela estaba Milo con Britney, yo no sé que hacían ahí los dos, si exentaron todas y cada una de las materias (que nerds). Estaban muy tomaditos de la mano, me gustaba ver a Brit feliz con su príncipe de cuento. Aunque no fuera el rubio, alto, bronceado, de ojos azules que siempre describía. Pero era cariñoso, atento y gentil. Pienso que eso es más importante que un galán.
En fin estaba en el estacionamiento desencadenando mi bici cuando me abrazaron de la cintura por detrás. Era Keaton que recargo su barbilla en mi hombro y me dio un beso en la mejilla.
–Hola tú.– susurró en mi oído.
Me voltee para quedar enfrente de él que aún me abrazaba de la cintura. –Hola guapo.
–¿Quieres ir a comer hoy?– pregunto pegando su frente sobre la mía.
–Hoy no, que tengo que comprar un vestido para la fiesta.
–Lo compras mañana, hoy tengo ganas de estar contigo.– hizo pucheros.
–Bueno....– puse mis brazos al rededor de su cuello.– Solo si vamos a donde yo quiera.
–Mi ángel ha hablado.– sonrió.
Me llevo a mi restaurante favorito, un pequeño negocio cerca de mi casa donde sirven comida italiana. Yo pedí la lasagna vegetariana y el pidió pasta alfredo. Luego fuimos a Peludo Cielo a alimentar a los gatitos y de ahí me llevo a mi casa. No estaban ni mis papás ni mi hermano así que lo invité a pasar y subimos a mi cuarto. Después de platicar un rato Keaton empezó a besarme. De besos tiernos y cortos pasamos a besos más apasionados y largos. Así continuamos hasta que los besos se volvieron más salvajes y Keaton me recostó sobre mi cama poniéndose encima de mí. Cuando me di cuenta el ya estaba buscando el camino para levantar mi blusa, ahí mi ser se reincorporó y detuve su mano.
–Keaton, acabamos de empezar la relación, y esto no es correcto.
–Perdón me deje llevar.– Se levanto.– Perdón no estaba pensando en lo que hacía.
–Si, entiendo. Solo quiero ir más lento, ¿de acuerdo?
–Si, entiendo, perdón. Yo... creo que debería irme.– bajo la mirada
–Keaton, no te estoy regañando, solo te estoy pidiendo que vayamos más despacio.– levanté su rostro suavemente para buscar sus ojos.– Te amo.
–Te amo, (tn)_____. – sonrió
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#sueño#
–Me encantas, (tn)_____.– dijo Jordan mientras besaba mi cuello. Yo solo gemí
–Quiero que seas mía, toda mía.
–Jordan yo....
–Shhhh, disfrútalo.
–Con que solo un beso por una apuesta.– dijo Keaton al entrar al cuarto.– Que mentirosa y zorra me saliste.
#fin del sueño#
Me desperté alterada y sudando frió, voltee a ver el reloj de mi mesa de noche, marcaban las 3:55 am. Estaba alterada. La culpa de no haberle dicho a Keaton lo que en realidad pasó con Jordan me estaba comiendo por 7ma noche seguida. En mis exámenes estaba cansada pero logré sacar buenas calificaciones en ambos. Ya era domingo y mi tía me dio el día libre para poder descansar de el estrés de la escuela. El viernes salí a comprar un vestido para la fiesta y compre también unos conjuntos pues ya me hacía falta ropa. Keaton tenía que grabar hoy, así que me di una ducha, me vestí así:
y salí con mi guitarra a ganar unos cuantos dólares.
Llegue a la playa y me senté en una de esas sillas que están ahí. Me acomodé mi guitarra y empezé a tocar algunas canciones que escribí. La gente pasaba y dejaba billetes de un dolar y las personas más generosas dejaban cinco dólares. Otras personas dejaban solo 25 centavos pero todo se agradece, además yo sé que a veces el bolsillo está vacío. Al final del día tenía 25 dólares en el estuche de mi guitarra. Cuando estaba guardando el dinero en mi cartera y mi guitarra en su estuhe por detrás de mí alguien me tapó los ojos.
–Hola, preciosura.– reconocí la última voz que quería escuchar en esos días.
–Que quieres, Jordan.
–¿Dónde esta el perdedor de tu novio?
–Haciendo una carrera, algo que tú nunca lograrás.
–Pero te aseguro que el no a logrado tocar tus pechos como yo.– sonrió macabramente.
–Sabes que eso fue un error.– me voltee enojada y empecé a irme.
–Habrá sido lo que quieras, pero lo disfrutaste.– me detuvo del brazo.– Lo malo es que llego tu hermanito a interrumpir.
–¿No te dijo que te alejaras de mí?– amenacé.
–¿Tú novio sabe lo que pasó?– fue su respuesta.
Yo solo me quedé callada.
–No lo sabe, sabía que no podías ser sincera con él. Sabía que no lo amas.
–Jordan, te dije que te alejaras de mi hermana.– dijo Alex desde su auto quien iba pasando por la calle justo a tiempo.– No me obligues a bajar y golpearte.
–Tranquilo, no es que una mentirosa valga la pena.– dijo, se dio la media vuelta y se fue.
–Gracias, bro. Justo a tiempo.
–No quiero a ese tipo cerca de ti. ¿Donde está Keaton?
–Grabando, no lo pude ver hoy.
–Sube tu bici y te llevo yo a casa.– me ordenó
–Iba a ver a las chicas en casa de Brit.
–Yo te llevo, no te quiero sola cuando ese enfermo anda suelto.
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Llegue a casa de Britney y ella estaba acomodando sus libros en su enorme librero de la sala. Los tenía por orden alfabético por autor. A veces se me olvida lo nerd que es mi amiga.
–Hola Brit.
–Oh, (tn)_____, no te oí llegar.– dijo bajando de su escalera.– Estaba buscando un libro para regalarle a Milo.
–¿Le vas a regalar uno de tus muchos preciados libros? Si que estás enamorada.– me burlé.
–Es que Milo me hace sentir muy bien, me gusta mucho lo que siento cuando estamos cerca.– se sonrojó.
–Te entiendo.– suspiré.– Es como yo con Keaton, por eso me siento tan mal de ocultarle lo de Jordan.
–Deberías decirle. La honestidad es esencial en una relación.
–Si, se lo diré cuando lo vea.
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Espero les este gustando la novela Emblems, comenten sus opiniones para que yo pueda mejorar.
Besos
Callia
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